Licuamos algunos dientes de ajo, una cebolla, un chile verde, la mitad del manojo de cilantro con un poco de agua. Por otro lado, colocamos la manteca en una sartén y disolvemos.

En una olla grande colocamos la harina de maíz y vertemos suficiente agua para que la mezcla quede líquida, luego adicionamos sal y pimienta al gusto, además del licuado elaborado.

Llevamos la olla a la cocina a fuego medio, vertemos la manteca derretida y mezclamos constantemente con la ayuda de una cuchara de madera. Retiramos del fuego al obtener una masa suave y manejable, dejamos enfriar.

Es momento de preparar la carne, por lo que la troceamos en pequeños cubitos y colocamos en un recipiente. Ahora licuamos la cebolla, chiles, cilantro, tomate y ajos con un poco de agua. Vertemos esta mezcla en el pollo troceado y dejamos reposar durante unas 12 horas.

Al cabo de este tiempo, cocinamos el pollo adicionando achiote, comino, sal y pimienta al gusto, retiramos cuando se encuentre bien cocido y con bastante jugo.

Continuamos la preparación elaborando el recado, tomando un aproximado de 1/3 de la masa preparada al comienzo y colocándola en una olla con el jugo de la carne preparada. Asimismo, disolvemos el achiote en agua y lo incorporamos. Llevamos a la cocina y cocinamos, adicionando un poco de manteca hasta obtener la consistencia deseada.

Colocamos todos los ingredientes en tazas sobre la mesa para comenzar a armar los nacatamales.

Iniciamos tomando un pedazo de hoja de banano y colocando en el centro una cucharada de masa blanca, luego una cucharada de recado, algunos trozos de carne, una cucharadita de arroz, papa, chicharos, aceitunas, garbanzos y pasas.

Ya listo el relleno, doblamos por los extremos más largos y amarramos con tiras de las hojas. Realizamos el mismo procedimiento una y otra vez hasta terminar con todos los ingredientes.

Finalmente, ponemos a hervir agua en una olla grande, ubicando hojas de banano para introducir los nacatamales. Tapamos con algunas hojas de banano y dejamos cocinar durante media hora.

Al transcurso de este tiempo, retiramos del fuego, dejamos reposar y servimos.