Lo primero que se debe hacer para preparar un rico vino de mago es seleccionar mangos maduros y frescos, lavarlos, quitarles la piel y despulparlos, cortándolos en pequeños trozos y apartando las semillas.

Una vez se tengan los mangos en trozos, se procede a licuarlos muy bien, añadiendo agua destilada y azúcar al gusto, pues, aunque el mango es una fruta con un particular sabor dulce natural, el azúcar le proporcionará un toque más fresco al vino, y además acelerará el proceso de fermentación activando la levadura.

Luego, se procede a filtrar bien el jugo con la ayuda de un colador, y una vez filtrado se le vierte la levadura lentamente y se remueve bien con un cucharon limpio.

Finalmente, utilizando un embudo se procede a verter el vino en la botella de vidrio, se cierra bien y se deja fermentar durante dos semanas en un lugar con una temperatura ambiental fresca, cuidando de que no le pegue los rayos del sol directamente porque se puede dañar el proceso.