Iniciamos retirando la cáscara de los tamarindos, a este paso vamos a dedicar un poco más de tiempo, por lo que comenzamos lavándolos muy bien con abundante agua.

Ahora, colocamos los tamarindos en un recipiente con agua y dejamos remojar durante unos 15 minutos, esto hará que la cáscara se ablande y sea más fácil de retirar.

Luego de este tiempo, desprendemos la cáscara y enjuagamos muy bien. Es momento de sacar la pulpa aplastando con nuestros dedos y desechamos las semillas.

Una vez obtengamos toda la pulpa de los tamarindos, los colocamos en una olla con suficiente agua y llevamos a la cocina. Incorporamos una pizca de sal y dejamos cocer durante unos 10 minutos hasta notar que los tamarindos estén blandos.

Colocamos los tamarindos dentro del vaso de la licuadora y vertemos suficiente agua, y procesamos.

Incorporamos la cantidad de azúcar que prefiramos, unos cubos de hielo y dejamos licuar durante unos 5 minutos.

Al transcurso de este tiempo, vertemos la mezcla obtenida en un recipiente de vidrio o de plástico, añadimos la esencia de vainilla y con la ayuda de un cucharón mezclamos todo muy bien.

Por último, servimos frío