Picamos los chiles anchos y guajillos y detenidamente retiramos sus semillas, luego los colocamos en un recipiente con abundante agua caliente y los dejamos remojando durante 30 minutos.
Al culminar el tiempo de remojo de los chiles, los escurrimos muy bien y colocamos dentro de la licuadora, en conjunto con los dientes de ajos y el vinagre.
Licuamos hasta notar que los ingredientes se hayan procesado bien, después vertemos el contenido en un recipiente.
Ahora, colocamos la carne y la grasa de cerdo en un recipiente de vidrio, incorporamos las especias y la mezcla que elaboramos en los pasos anteriores. Mezclamos todo muy bien con la ayuda de una cuchara de madera o con nuestras manos.
Una vez todo se encuentre bien integrado, tapamos el recipiente con papel film y llevamos al refrigerador durante un aproximado de 8 horas para que la carne se macere.
Cuando falte poco tiempo para completar el tiempo de macerado, colocamos las tripas dentro de un recipiente con abundante agua caliente para que se ablanden y se elimine el exceso de sal.
Luego, cortamos la tripa del tamaño de 50 cm de largo y realizamos un nudo en un extremo. Sacamos la carne del refrigerador y rellenamos la tripa con la ayuda de un embudo.
Cuando terminemos de rellenar la tripa, anudamos el otro extremo de la tripa y amarramos para formar chorizos cholomeños de 8 a 10 cm de largo. Realizamos el mismo procedimiento con el resto de la preparación.
En este punto, colgamos los chorizos en un área fresca y dejamos curar de un día para otro.
Finalmente, asamos los chorizos cholomeños y servimos